jueves, 19 de diciembre de 2013

El Hobbit


Tras la aparición en la gran pantalla de la segunda entrega de El Hobbit (la desolación de Smaug) el pasado 13 de diciembre, me parece necesario dedicar al menos una entrada a hablar sobre este épico libro. Se publicó en septiembre de 1937 en Reino Unido y aún así, hoy miles de personas disfrutan de esta lectura. El Hobbit junto con El Señor de los Anillos son libros que todos deberíamos leer en algún momento de nuestra vida. Aquí os dejo un fragmento de El Señor de los Anillos y otro de El Hobbit:
"Los Hobbits son un pueblo sencillo y muy antiguo, más numeroso en tiempos remotos que en la actualidad. Amaban la paz, la tranquilidad y el cultivo de la buena tierra, y no había para ellos paraje mejor que un campo bien aprovechado y bien ordenado. No entienden ni entendían ni gustan de maquinarias más complicadas que una fragua, un molino de agua o un telar de mano, aunque fueron muy hábiles con toda clase de herramientas. En otros tiempos desconfiaban en general de la Gente Grande, como nos llaman y ahora nos eluden con terror y es difícil encontrarlos. Tienen el oído agudo y la mirada penetrante, y aunque engordan fácilmente y nunca se apresuran si no es necesario, se mueven con agilidad y destreza. Dominaron desde un principio el arte de desaparecer rápido y en silencio, cuando la Gente Grande con la que no querían tropezar se les acercaba casualmente, y han desarrollado este arte hasta el punto de que a los Hombres puede parecerles verdadera magia. Pero los Hobbits jamás han estudiado magia de ninguna índole y esas rápidas desapariciones se deben únicamente a una habilidad profesional, que la herencia, la práctica y una íntima amistad con la tierra han desarrollado tanto que es del todo inimitable para las razas más grandes y desmayadas ." 

“En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en qué sentarse o qué comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad. Tenía una puerta redonda, perfecta como un ojo de buey, pintada de verde, con una manija de bronce dorada y brillante, justo en el medio.”

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